Tierra de carboneros, traficantes y partisanos: en la última Guerra mundial las montañas del Alpe della Luna fueron escenario de grandes batallas que contribuyeron al difícil camino de la liberación de Italia. Justo en estas cumbres se desarrollaba la Línea Gótica, un frente de fortificaciones que cortaban la Península Italiana en dos partes y aquí mismo la presencia de partisanos fue muy fuerte y dejó una marca indeleble y vinculada para siempre a estos lugares.
En junio de 1944 el ejército alemán pensaba retirarse tras la Línea Gótica para favorecer la retirada de tropas y vehículos y despejar el territorio de los partisanos. En las montañas del Alpe della Luna, sin embargo, estaban los partisanos del II Batallón de la brigada Garibaldi Pesaro junto con los de la Banda Panichi y algunos partisanos eslavos, apostados con el objetivo de complicar el paso de vehículos alemanes hacia la línea gótica. El enfrentamiento fue inevitable. Ubicados entre Sestino y el Alpe della Luna, los partisanos sufrieron redadas masivas por parte de más de dos mil soldados alemanes pero con heroísmo y abnegación escribieron una página de gran coraje en la historia de la Resistencia, en la que fue la última gran batalla de la guerra en las Marcas. La batalla crucial tuvo como escenario las montañas sobre Parchiule donde los partisanos lograron romper el cerco alemán y escapar de la redada.
Al terminar la guerra para recordar la gran batalla y los partisanos que perdieron la vida en ella, se construyó el Monumento a la Resistencia a la entrada de la aldea de Parchiule, compuesto por varios bloques de piedra sobrepuestos, sobre que está puesta una escultura de hormigón que representa dos estrellas, una encajada oblicuamente en la otra. Las piedras del monumento proceden de los países de la ex Yugoslavia para simbolizar el vínculo entre pueblos que, como recuerda la inscripción del monumento, "encontraron la libertad, la hermandad y el amor superando el odio por la guerra".